sábado, 23 de octubre de 2010

Vulnerable a tu dulzura vida mia

No te imaginas cuanta nostalgia me has despertado,
decir tu nombre es hablar de ella,
de tardes divertidas
de noches compartidas con acordes un tanto tétricos.
Recordarte es desesperarme
embestir directamente contra una manada de recuerdos clamantes de tu hermosura.
Mostrar tu imagen paseando en mi cabeza,
es como jugar a la ruleta rusa,
sólo el azar dice si no partiré corriendo para verte leer un poema una vez más.
El trazado de tu pluma impacta, seduce
acrecenta aun mas tu imagen sin macula de maldad,
y espero que nunca un triste maldecir ponga fin a esa realidad tan querida.
Siempre la imaginación me lleva a tu casa
a pasear por tu lugar, sentarme en tu cama
mirar sus paredes, esperar a que llegues y me encuentres allí
Para charlar una conciliación de tu recuerdo.
Siempre fuiste y sigues siendo mi más querido aroma a fragancia de soledad.
Trato de no coincidir, de que no me lluevas, que no aparezcas.
Tratar de que hasta los naipes me digan que se viene un final a todo lo que involucre a ti,
al más querido de mis recuerdos,
al más amado de mis pensamientos.
Soy vulnerable a tu dulzura vida mía
soy un trastornado por tu aura,
por tu imagen de locura nocturna.
Soy un taciturno espectador de tu sublime espectáculo
que cautiva mis ganas de que vuelvas a ser,
con toda la fuerza que sea posible mi persona favorita.



Esperando la suave brisa que genera tu pasar, soy vulnerable a tu dulzura vida mía

Veneno

Paseando en sephia por la avenida

pasendo en sephia por la avenida
caminando durante esos sosegados días de otoño
en donde la modorra se toma el camino
y ni siquiere los ebrios estan en las cantinas
paseando en sephia,
todo amarillo y de luces brillantes
aqui todo es otoño,
todo el camino es tan llano
tan lleno de muerte
como si la lentitud de una mañana somnolienta
se quedara para siempre entre las personas detenidas
sólo se escucha el sonar de las ambulancias
transportando ganas de vivir o tal vez de morir
en sephia, todo en amarillo y cafe
todo en espera, congelado, apabullado
como si no tubiera ganas de crecer
tremulo caminar
pena insuperable, avanzar cancino, triste
paseando en sephia por la avenida


Veneno

jueves, 14 de octubre de 2010

Mogwai - I'm Jim Morrison, I'm Dead (Live: Adelia, I Want To Love)

Final de partida de Yôjirô Takita

Daigo Kobayashi (Masahiro Motoki) es un dedicado violonchelista en una orquesta que acaba de ser disuelta. Ahora se encuentra sin trabajo. Daigo decide regresar a su ciudad natal con su esposa para buscar trabajo y empezar de nuevo.
Responde un anuncio titulado “Departures” pensando que es un anuncio de una agencia de viajes, pero no en realidad es para que musicalizar funerales. Mientras que su esposa y otros desprecian su trabajo, Daigo tiene un cierto orgullo y comienza a perfeccionar el arte de “Nokanshi”, actuando como un guardián suave entre la vida y la muerte, entre los difuntos y los familiares del difunto.





descargar desde: http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/4381223/Okuribito-_Departures_-_2008__DVDRiP_SUBS-_Japon_.html

Mogwai - Dial/Revenge Live

 Soy el pasar del tiempo en mi mismo, Soy el aferrarse a los recuerdos dolorosos...

Deseos


Lo único que quería era tocarme, la pierna, el brazo, lo que fuera. Su cuerpo se sentía atraído al mío, no sentía que fuera recíproco. Pero eso no importaba mucho. Cuando llegamos era cosa de tiempo, la conversación era trivial y él no parecía escuchar. No dudó mucho y se me acercó. Me besó tan lentamente que me estremeció hasta la desesperación. Sus deseos eran fuertes, los sentía en su abrazo, en su respiración, en su olor. Su intensidad crecía y su cuerpo también. Ojalá mis deseos hubiesen sido así de intensos, así de reales, así de eternos. Como quería acompañarlo y desearlo, agarrarlo y respirar su cuerpo. Mis ganas querían explotar, pero mi cuerpo yacía en algún lugar, perdiendose en la distancia... El no tardaría en abandonarlo.

Mares varados



Mi cuerpo se niega, no comparte, no acepta seguir el movimiento perpetuo,  en un mundo donde los lindos rostros y las amplias sonrisas son solo mecanismos de defensa, donde miles de mentiras abandonan tantos barcos que quisieron llegar a destino, varados en mares congelados sin más tripulación que recuerdos de palabras adornados con los más profundos sin sentidos, buscando en la profundidad azul , nadando a un ritmo tan distinto al que viví hace años sobre el nivel del mar, los años poniendo escamas en mi corazón, las que dificultan la expansión de tal músculo del pecho,  provocando una desincronización entre mis latidos y el ruido de las olas, y en esos pequeños momentos de silencio  que para mí son tan inmenso como los abismos que habitan en este lugar, dejan demasiado espacio, el cual tiene aroma a un pasivo muerto que se deja llevar por la corriente, tiene aroma hielo, tiene aroma a nada.

Por: Claudia Maturana y Emil Sinclair

SI ESTO SE REINICIA DE NUEVO SOY INCAPAZ DE MATARME



Tiempo de empezar a calcular
cuanto queda para poder castrar a los chanchos que viven sintiéndose poderosos.
Poder que ni siquiera tiene que ver con el asunto antes tratado de las piedras sin cabeza pero con cola.
Grande fue mi sorpresa, ya que lo sabía, al ver como el aire se comía las entrañas del sirviente del pescador de ballenas. Suficiente para darme cuenta donde he estado metido este último tiempo,
alimentándome sólo de hojas secas de pan amasado.
Cuando quiera irme creo que no podré. Cuando quiera gritar insultos injustamente insignificantes, aquel árbol rojo me hará callar y me dirigirá hacia aquel abismo que da al mar, pero que se refleja en una nube avergonzada de ser lo que es.
Por qué no van a ver si mi cama llegó?
Porque tengo sueño y no la veo.
A lo mejor se fue y se tiró al mar. Una lástima.


Por: Naldo Vergara




Santiago




La peste domina las calles, niños, mujeres y hombres mueren en ellas, sus cuerpos se descompone en el suelo y los perros hambrientos engullen la carne adornada con larvas, dejando arquitecturas óseas sobre otra arquitectura, sobre la arquitectura fría y urbana de mi Santiago contemporáneo, sobre esta cuidad donde esta peste no importa a los que no la padecen, sobre esta ciudad que me vio nacer y que me vera morir sobre el pavimento, ya siento poco a poco los síntomas, me duele el cuerpo y los recuerdos, el gris del cielo y los edificios se apoderan de mi sangre, se apoderan de mi tiempo.

Por: Emil Sinclair

Hombre mirando al Sudeste (1986) de Eliseo Subiera



Sinopsis: El doctor Julio Denis es un médico psiquiatra y trabaja en un neuropsiquiátrico. Un día llega al hospital un joven, Rantés, que dice ser un ser de otro planeta. Lo trata como paranoico, pero Rantés irá introduciéndose en su vida, haciéndolo dudar de si realmente está loco, con lo que, sutilmente, lo obliga a replantear su vida y profesión.


Descarga:


http://www.megaupload.com/?d=MTSAZ86P




Fuente: http://thxy.com.ar/

Explosions in the Sky: The Earth Is Not a Cold Dead Place




Gran disco de esta Banda Texana de Post Rock instrumental

... soñé que enfrentaba a la muerte, soñé que te regalaba mis días.




Fotografía por: Emil Sinclair

miércoles, 13 de octubre de 2010

El Viaje de las Hojas


Cuentan que por las noches las hojas suelen desprenderse de sus ramas seducidas por el viento que nace de la inmolación de su propia vida. El viento las arranca para contar su historia de dolor y para que los arboles conozcan a los humanos y a su historia de sangre que llevan a sus casas cuando el sol deja de brillar.
Cada hoja cae en la tierra, guiada por el viento, es un viaje sin regreso a las copas de los árboles, un viaje sin retorno como las mismas historias de sangre de toda una humanidad, esas historias de innombrables individuos llevan a sus casas, perpetuándose día a día, desde tiempo inmemorables.
Tanto tiempo como arena en un reloj cansado de tanto caminar hacia su desgraciado destino de hacerse viejo a cada segundo y no volver a recordar cual fue su inicio con un solo objetivo avanzar tan rápido como un susurro en las mejillas que ruborizan los rostros y mientras el viento baila cansado de tanto animo mece las hojas de los sauces calmadamente acariciando su pena haciéndola permanente.
Cada segundo marcando el compás de una macabra sinfonía y una danza fúnebre, como una banda sonora inspirada en la mecánica diaria de esos seres ajenos a su origen, en donde el mundo y su modernidad censura su sentido del tacto y no les permite sentir el calor del sol ni las caricias del viento, y los arboles bailan, bailan tal réquiem y cuando llueve las gotas no son capaces le penetrar en los poros y los ojos se cierran y se perpetua esa herencia de muerte.
Si permaneces en silencio escucharas el llanto desesperado de los arboles cuando la noche llega en su magnitud mientras aquellas hojas quieren escapar y contar y gritar deseos a su mundo lo que la herencia de sangre humana ha llegado a hacer con ellos que son más antiguos que toda humanidad más eternos que el pensamiento las hojas solo en un desborde de pasión se unen en un beso lleno de frenesí al suelo y observan los que jamás podrán amar con tanta pasión otra ves.
Y el estruendoso murmullo se apodera de todos los atardeceres, el mar y su felicidad eterna como el ruido de sus olas lucha por ser escuchado, pero el asfalto es tan poderoso dentro de nuestros recuerdos y la pena es tan dueña de nosotros, el olvido de la pasión es el verdadero pecado, o me puedes decir si el verdadero valor está en el gris y el acero inoxidable, está en esas calles que cierran los poros de la tierra o en un atardecer tomando tu mano.
Llévame dentro de la luz que existe en las palabras que llegan suaves a través de la luz nocturna de media noche…
Esperare hasta que mis raíces salgan salvajes desde la sagrada tierra para que tu beso se posee una vez más en el viento quiero ver ese lugar que tanto escuche desde semilla quiero llegar al clímax de toda vida dentro de tu sosiego vaivén desgarra esta vida del asfalto y mécela en tus secretos de viento inmolarme hacia el padre sol no sería suficiente llévame contigo.
Déjame entregarte mi savia, ya que por estas venas no corre sangre, soy del viento, soy de las hojas y de los atardeceres, mi cuerpo es solo un fantasma que vaga entre la penumbra de las avenidas, entre latas y alquitrán, entre odio y llanto, llévame lejos de todo esto, deja mi cadáver en medio de la calle, llévame con tu beso.

Por: Nethzath Kether y Emil Sinclair

 

Isla Decepción



 
Ya no puedo recordar tu rostro, me falta el bosquejo de tu pupila, de tus  labios, el imaginar el calor de tu sonrisa, honestamente este olvido ha hecho un pacto con el frio abismante de estos días cubiertos por un cielo gris, entre mausoleos plagados de artefactos eléctricos y muertos que juegan a llevar una vida heredada por siglos, ajenos y risueños mientras las gaviotas les sacan sus ojos, perpetuándose una estructura y una dinámica que escarcha todas las flores de ese jardín el cual está solo en mis sueños, sueños abortados a través del tiempo, perdiendo un pétalo tras otro después de cada intento, y la escarcha se adueña de la tierra, la convierte en un desierto blanco, donde doy pasos por kilómetros a pie descalzo, mi piel se pega al suelo, se me congela la sangre, como quisiera poder encontrarte entre esta tormenta blanca, pero el frio es demasiado intenso y se disipa tu recuerdo, hace tiempo que mis latidos son demasiado lentos, ya sin fuerzas para buscarte entre esta multitud de seres sin rostro, me extingo, entre acantilados me pierdo. Mis manos están azules, ya no las siento, escarban en la nieve cada vez mal lento, escucho el susurrar del viento, mezclado con el eterno silencio, lo único que puedo divisar es un cementerio abandonado en medio de la nada, como puedes ver nuevamente estoy solo queriendo escapar entre lo fuelles de Neptuno de isla decepción.

Por: Emil Sinclair